sábado, 1 de diciembre de 2007

Los programadores de la Sexta están locos

En situación: Ayer, a la 1 de la mañana, en un bar de los bajos de Argüelles con la tele puesta.

10 anuncios porno, y justo después uno de Carmen Sevilla.

Lo debe estar pagando la Iglesia para alejarnos del pecado, o hay por ahí alguien con unos fetichismos realmente preocupantes.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Hay tantos motivos para sonreír...

Hay tantos motivos para sonreír...

Una oportunidad para crear, un actor en el metro, unos ojos azules, unos niños, un amigo, una tarde de otoño...

Hay tantos motivos para sonreír, que no entiendo cómo tenemos tiempo de buscar los que nos hacen llorar.


(Igual repito, pero el mensaje ha de quedar claro).

miércoles, 31 de octubre de 2007

A veces...

A veces me asomo por la ventana, con el viento enfriándome el rostro, miro a la "fauna" que puebla mi barrio, y pienso: "Haría tanto bien a la Humanidad con un rifle de precisión y una caja de balas..."

Pero luego me doy cuenta de que no debo, porque a lo mejor se me escapa alguna y hiero a alguna persona, o algo. O tal vez alguno de esos cabrones aún puede ser reciclado y rehabilitado... aunque lo dudo mucho

lunes, 29 de octubre de 2007

La gente no debería tener animales en casa.

Puntualizo. La gente no debería tener prácticamente ningún animal en casa.

Acepto los gatos, porque esos pequeños cabrones nunca serán completamente domesticados, y hasta cierto punto animales pequeños como hámsters, cobayas y conejos, pero sólo como mal menor, porque una casa no es su lugar, pero siempre será mejor sitio que un laboratorio de cosmética. Y algunos perros pequeños, si eso, aunque cualquier terrier debería estar cazando ratas, que es para lo que fueron creados, y no paseando por ahí con un vestidito y un puto lazo en el pelo.
Pero no entiendo a la gente que tiene perros enormes en un puto piso de ciudad. No tienen espacio para desarrollarse, ni se puede jugar con ellos en casa sin que a los vecinos de abajo les parezca que el suelo está a punto de caerse (sí, cabrón, te estoy mirando a ti). Si hablásemos de un chalet, o de una terraza grande, vale, pero... un piso no es lugar para un perro. Y hay gente que no termina de entenderlo.


Deberían pedir un carnet para tener perros. Y para tener hijos. Y para mudarse a una casa y celebrar cumpleaños a la 1 de la mañana, y para montar pollos y hacer ruido a todas horas, y para taladrar sin cesar desde las 10 de la mañana todos los sábados desde hace DIEZ PUTOS AÑOS!!! Salvo cuando tienen al nieto en casa, claro.

Que alguien le pague una insonorización completa a mi vecino.

jueves, 25 de octubre de 2007

Motivos para escribir un blog

A raíz de un post en un blog que añadiré cuando tenga ganas a favoritos sobre el Twitter (una especie de blog instantáneo que básicamente se basa en que el que pase responda a la pregunta "Qué estás haciendo?" en menos de 140 caracteres) me he planteado por la razón de la gente para escribir blogs.
Por supuesto, está el ego, que es básicamente el combustible principal, pero luego, qué hay? Ganas de elevar tu autoestima, supongo. De que alguien más te diga que valora lo que haces. De exponer tus pensamientos al mundo. De dar algo a cambio. Y, en mi caso por lo menos, también las ganas de practicar diariamente la escritura.

En el fondo, no son más que editoriales de periódico abiertas al gran público, a toda esa masa que también quiere leer y ser leída.

"No tengo nada que temer,
no tengo nada que perder,
no tengo nada excepto ésto,
lo mejor que puedo hacer."
(Abram, Nada)

Miento, temo cosas, todos las tememos, aunque sea de manera irracional, y aunque nos lo ocultemos a nosotros mismos. Y también tengo qué perder, aunque probablemente no serán demasiadas cosas materiales. Quizá la música, si se la puede considerar como algo "tangible". Pero el espíritu de esas letras está ahí.

"No tengo nada que encontrar,
tampoco nada que olvidar,
solo esperar, sentir y amar
un nuevo gran amanecer."
(Abram, Nada)


Me vuelvo a mi cueva. Sed felices.

martes, 23 de octubre de 2007

Tenían razón

Tantos escritores de diferentes tendencias (desde El Chojín a Carmen Posadas) tienen razón. Hay que escribir un poco todos los días.


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Hoy pensaba terminar el trabajo de Fundamentos Psicosociales y vertir aquí las rayadas que me sobraran, pero me he encontrado con que me han faltado y todo, así que... Buenas noches.

lunes, 22 de octubre de 2007

Para sentar las bases de esto...

Observa el cuadro. Parece ser una calle de un pueblecito de Asia. En la esquina superior derecha, se puede ver parte del frontón de un templo. A la izquierda, un hombre pasa en su bicicleta, con camisa y pantalones grises holgados y un pelo acabado en una trenza bajo una jingasa. Llueve con pinceladas pastosas. El agua empapa la ropa del hombre, y realiza apresuradas carreras por su cara. En el centro, una figura borrosa, oscura.

El guía del museo se acerca a la mujer. -¿Qué es?- pregunta ella, señalando la pintura. -Sólo una imagen- dice él, y la invita a seguir paseando.
De una esquina, surge un carrito a la carrera lleno de cajas y conducido por Stephen King. Pasa como una exhalación, impulsándose con un pie como si se tratara de un monopatín, y antes de que desaparezca por un pasillo tras una peligrosa curva que casi tira las cajas, se puede oir un "Wiiiiii..." ahogado.

La mujer y el guía, ahora vestido de guardia de seguridad, cruzan a una sala llena de árboles y un verde espesor. El calor tropical asfixia. Lémures de grandes ojos observan al lector de estas líneas antes de escabullirse en la maleza.
Y en un claro de la selva, la pareja comienza a bailar. Un rayo de luz atraviesa y culebrea por entre las ramas cubiertas de anchas y húmedas hojas para caer directamente sobre ellos, y las fieras observan atónitas cómo se mueven entregados al son de un tango que surge de algún punto de la selva.
Lentamente, majestuosamente, un leopardo entra en el claro. Sus pelos se erizan y agitan convulsivamente al son de la música, que proviene de algún punto situado dentro de su pecho. Pero él camina tranquilo.
En su boca se
hace visible un rojo clavel, que gotea sangre de un vivo tono carmesí. Deposita el clavel frente a la pareja, que se convierte en una orquídea morada flotando en un charco de violeta, y se tumba a observarles, con su pelaje aún estremeciéndose al son de la enloquecedora melodía del tango desgarrado de sus entrañas.

Y así se hace la noche. Zapatos rojos destellando en fugaces pasadas, y un brillo como de marfil. Golpes de tacón, jadeos entrecortados, y una gota de sudor que vuela. Y al fondo, el resplandor dorado de los ojos del leopardo.

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Bueno, quizá no podría dibujar ésto aunque supiera.

Y no, no lo he soñado, pero lo escribí justo antes de dormirme, por si cuenta.

Me he hartado del Fotolog

Simplemente, cada día que pongo una entrada allí me encuentro con que tengo que buscar una foto que vaya de acuerdo con el texto que ya tengo, y que yo sepa esto tenía que ser al revés. Así que me paso al blog.

Esto no significa que vaya a cerrar el Fotolog, solamente que lo usaré aún menos.